Ana Pino tiene nueve años como receptora de llamadas en el Sistema Único de Manejo de Emergencias Prehospitalarias (SUME). Recuerda que llegó a la entidad por un anuncio en el periódico. Ella confesó que de receptores de llamadas solo sabía lo que había visto en las películas.
Sí estaba anuente a que se encontraría con llamadas de mucha adrenalina, con casos impactantes, aunque se formación universitaria era para ser diseñadora gráfica.
Pino, residente en Panamá Norte, reconoce que se siente orgullosa cuando las personas son agradecidas de que su familiar, con las instrucciones que recibió, salió de algún tipo de peligro.
Compartió que es curioso cuando su hija ve una ambulancia y dice: «mami, mami, el trabajo, donde tú trabajas. Aunque sabe que no soy paramédico, se siente orgullosa de mi. Saben la bonita labor que se realiza aquí, que es dar soporte a la vida. ayudar a todas las personas mientras llega la ambulancia».
Sobre esas experiencias donde sabes que no estuvistes allí, pero fuiste parte de esa historia, narró el caso de los partos, donde las personas creen que no puede nacer, sino están en el hospital.
«Nosotros, con las instrucciones que las tenemos a mano, la persona sí puede atender el parto aunque no esté en un centro hospitalario», acotó con certeza.
Destacó que muchas personas llaman desesperadas y solo esperan que llegue la ambulancia, pero deben entender que hay que dejarse guiar, que mientras la ambulancia va en camino, hay cosas que se pueden hacer como estabilizar al paciente mientras llega el personal paramédico.
Para conmemorar el Día del Receptor de Llamadas, desde el SUME se comparten testimonios de este valioso personal.
Tercera de cuatro entregas.