Jimena Muñoz Zambrano tiene dos años como receptora de llamadas en el Sistema Único de Manejo de Emergencias Prehospitalarias (SUME).
Ella relata que al principio no pensó que su labor fuera tan especial, pero fue comprendiendo que trabaja con vidas en peligro y tiene claro que eso es bastante delicado.
En estos años, Jimena ha experimentado que su función es muy bonita; sin embargo, recalca que hay ocasiones en que uno piensa, inmediatamente, en la familia. Hay llamadas que a cualquier persona le sacuden el piso.
Así recuerda una llamada que recibió cuando recién empezó en su trabajo. Una mamá gritaba: «Mi hija, mi hija». Eso de una vez la conmovió, ya que ella tiene una pequeña. En ese momento, el caso la impactó mucho que se le salieron las lágrimas.
El día de esta entrevista, sus ojos volvieron a brillar de solo recordar aquel entonces. Se contuvo, suspiró y siguió el relato de su experiencia.
Aquella madre afectada narró que en la mañana salió para su trabajo y su hija dormía. Curiosamente regresó a casa y su hija seguía acostada, no respondía. La misma progenitora le dijo en la llamada que cuando se fue le dio un beso y que tal vez, desde ese momento, ya su hija había fallecido.
Eran llantos desgarradores. «Hija no me dejes; hija despierta. Joven, no está respirando, no se mueve, está fría». Y así la mantuvo en la línea acompañándole hasta que llegaron los paramédicos y confirmaron el deceso de la señora.
De acuerdo con Jimena, lidiar con nuestro trabajo y atender familia, son varios retos a la par. Al menos acotó que ella se las ingenia y cuenta con el apoyo de la familia, aunque la mayoría de sus allegados radican en otra provincia.
«Definitivamente en este trabajo tienes que tener corazón y empatía. Mis compañeros y yo tenemos en este trabajo la oportunidad de salvar vidas. Es un trabajo bonito poder socorrer y darle esa primera ayuda, antes de que lleguen los compañeros paramédicos. Estoy orgullosa de mis hijos y ellos de mi, pues me dicen mi mamá trabaja en el 9-1-1, lo dicen con una alegría», sostuvo.
Este 1 de abril se celebra el Día del Receptor de Llamadas o «call-taker» en el SUME, razón por la cual compartimos las vivencias de varios colabores de esta institución en homenaje a su entrega, dedicación y valentía que demuestran en cada llamada que reciben diariamente a través de la línea de emergencia 9-1-1.
Para conmemorar el Día del Receptor de Llamadas, desde el SUME se comparten testimonios de este valioso personal.
Primera de cuatro entregas.