
Por:
Didier Hernán Gil Gil
El Dr. Rony Sire creció en un hogar donde mamá y papá eran tecnólogos médicos. Y así con el pasar de los años, todo perfilaba a que él estaría enfocado a una vida profesional en el sector salud y se visualizaba como laboratorista, pero la vida le dio una sacudida y lo llevó a otro rumbo.
Un buen día le ofrecieron una beca para estudiar medicina en Cuba. Ni corto ni perezoso, él aceptó la propuesta y luchó por ese objetivo. Su hermano mayor es ingeniero en Sistemas y su hermana es enfermera.
Bachiller en Ciencias y egresado del Colegio Félix Olivares Contreras, en Chiriquí, el Dr. Sire llegó hace seis años al Sistema Único de Manejo de Emergencias Prehospitalarias (SUME), donde se han integrado y aportado al éxito de los objetivos de esta institución.
El galeno cuenta que se enteró de la convocatoria de médicos del SUME por internet y aplicó. Anteriormente estuvo participando de giras médicas y en clínicas privadas en su natal Chiriquí.
Uno de los casos que más le ha impresionado fue la experiencia de ser médico del SUME durante la pandemia de COVID-19. La situación se tornó difícil, debido a la saturación del sistema por la cantidad de pacientes.
Pero adivinen… La medicina no solo llegó a cambiarle su aspiración profesional, sino que también le trajo al amor de su vida, ya que su esposa, quien es salvadoreña, también es médico.
«En el SUME nos toca adaptarnos a una forma de atención, fuera de lo normal pues no vemos al paciente en persona, uno depende del paramédico, que son nuestros ojos en cada caso. Toca preguntar lo más que se pueda y ofrecer una atención de calidad al paciente», acotó.
Sire, quien es padre de una niña que cursa el tercer grado, también labora para el Hospital San Miguel Arcángel, pero en la sala de cirugía. Paralelamente se mantiene actualizando su carrera mediante cursos, congresos y seminarios, entre otras experiencias que enriquecen su vida profesional.